Gracias a la intervención de Catalina, Margarita no firma el contrato que contenía la cláusula trampa introducida por Lorenzo para invalidar la cesión del veinticinco por ciento de la Promesa.

Catalina y Pelayo ultiman los detalles del primer envío de mermeladas con destino a Madrid.

Jimena quiere salir de su habitación y Cruz comienza a mirarla con recelo.

Cruz intenta por todos los medios que el porcentaje de La Promesa que Lorenzo perdió a las cartas no llegue nunca a su cuñada Margarita.

Todos lamentan mucho la pérdida del embarazo de Jimena, excepto ella, que le cuesta ocultar el alivio al saber que el engaño está consumado.

Manuel consigue, gracias al abanico que Jana encontró en la cabaña de Ramona, que la marquesa le confiese la relación que le une con la anciana desparecida.

Lope no se acostumbra a volver a ser lacayo, está amargado y taciturno, y no duda en contestar mal a sus compañeros.

La incipiente relación entre Jana y Abel no termina de cuajar.