Gracias a la intervención de Catalina, Margarita no firma el contrato que contenía la cláusula trampa introducida por Lorenzo para invalidar la cesión del veinticinco por ciento de la Promesa.
Manuel consigue, gracias al abanico que Jana encontró en la cabaña de Ramona, que la marquesa le confiese la relación que le une con la anciana desparecida.