Cuando Manuel toma la palabra durante la cena y empieza a hablar de Jimena y de los manejos poco escrupulosos de Cruz, esta se teme que su hijo rompa su compromiso de una vez por todas.
Mauro enseña a Leonor la realidad de lo que sería una relación con él: tendría que olvidarse de todos sus lujos, hasta de cosas tan básicas como tener una habitación para ella sola.