Un nuevo encuentro propicia que los jóvenes se declaren su amor. En La Promesa.
Jana tiene un acercamiento con Manuel. El joven le pide que no se marche. No puede vivir sin tenerla cerca. Pero la chica sabe que su amor es imposible.
Manuel le habla a Jana como nunca antes lo había hecho. El joven le dice que vivirían juntos en una casa de campo. Ella tendría su propio huerto para cultivar sus hierbas curativas y él un establo donde trabajar con sus inventos.
La imaginación de los dos hace maravillas y ya se ven viviendo su amor sin tener que dar explicaciones de nada a nadie. Volarían en el avión cada vez que quisiera, libres, sin ataduras ni compromisos. Solos los dos y el aire en su cara mientras surcan el cielo.
Jana ya se ve en la casita de campo y le pregunta a Manuel de qué vivirían. El chico le dice que de las curas y los remedios de ella y de los inventos para los aviones de él.
Todo es perfecto, hasta sueñan con los hijos que van a tener juntos. Pero la cruda realidad les pone los pies en la tierra de nuevo.
Manuel está casado con Jimena y va a tener un bebé con ella. Jana, desencantada, se aleja mirando como Manuel piensa lo mismo que ella. Solo es un sueño difícil de realizar.
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