La marquesa quiere celebrar su fiesta de cumpleaños con una gran fiesta, lo que molesta a Catalina y a Simona, que no comprenden que no se respete el luto por Tomás.
Leonor no es capaz de decirle a su padre que está enamorada de Mauro: el problema es que el lacayo no sospecha nada y se presenta en la biblioteca con su mejor traje.