El enfrentamiento entre Petra y Feliciano no llega a su fin, y más ahora que el sargento Funes ha regresado a La Promesa para hablar con ellos nuevamente de la muerte de su padre.
Catalina constata que Jimena no ha mejorado con la medicación que Abel le prescribió, ya que sigue obsesionada con Manuel: prepara su futuro viaje a Italia y se prueba vestidos provocativos para seducirlo a su regreso.
Catalina se libra del ataque de Jimena por pura casualidad y de hecho se sorprende al ver a su cuñada mucho más tranquila, como si la medicación estuviera haciendo efecto… Pero nada más lejos de la realidad.
Cruz intenta enfrentar a Jimena a la realidad: que ella es la única responsable del naufragio de su matrimonio con Manuel, pero tiene dudas de haberlo conseguido.