La decisión de Jimena de trasladarse a Madrid, no sólo la enfrentará a sus suegros, sino también a su marido, quien teme que esta marcha lo aleje definitivamente de su afición por los aviones y, sobre todo, de Jana.
La doncella, en su intento de olvidarse del joven Luján, sigue cuidando a Ramona a escondidas, pero alguien empieza a sospechar de sus idas y venidas… Feliciano tiene la mosca detrás de la oreja cuando se da cuenta del tejemaneje de las cocineras sacando comida a escondidas de la cocina.
Martina se enfrenta a sus padres, porque se siente respaldada por sus tíos, e insiste en no casarse, aunque le reconoce a Curro que cada vez está más resignada a ceder.
Jana pone todo de su parte para cumplir con el compromiso que estableció con Manuel e intenta un acercamiento con Abel; pero él sigue siendo el mismo prepotente de siempre.